Hace muchos años, caminé por el desierto del Sahara: hoy sostengo esta imagen. Fijaos que las huellas que se ven no son las de mis pies sino las de los pies de quien tomó la foto: sólo por el placer de simbolizar, digo que quien deja huella es quien mira, no tanto quien es mirado. Y quien mira hoy es este Yo versión 2018, que se mira a sí mismo como si ya fuera otro. Obviamente, en todo este tiempo, esas huellas ya fueron borradas. Queda la foto y la idea de que alguna vez estuve en el desierto. Y la pregunta: ¿quién sería yo sin el álbum de mis recuerdos?
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